Aquí estoy. Bienvenidas y bienvenidos otra vez a Mi Arro’ con Pollo... sin Huesos.
Hace algunas semanas atrás el tema del día era la serie transmitida por Netflix, La Casa de Papel. Y ¿quién, por supuesto, tuvo que verla? Sí, yo misma. Como dice el refrán, “la curiosidad mató al gato y allí fui yo,después de tenerla algún tiempo en mi lista, me enganché de tal manera que la terminé en tiempo récord. Para ser exacta cuatro días.
Sin entrar mucho en detalles le diré que la temática de la serie no es algo del todo positivo, pues trata de un atraco (robo) a la Casa de la Moneda y Timbre de España (el equivalente a la Oficina de Grabado e Impresión de dinero de Estados Unidos). El robo está dirigido por un hombre al cual apodan El Profesor, quien está a cargo del grupo de los atracadores compuesto por 8 integrantes. No puedo pasar por alto un dato interesante sobre éstos últimos, y es que se trata de individuos con expediente criminal que son buscados por las autoridades y que como nombres para la operación escogen nombres de ciudades, así pues vemos a Denver, Tokio, Nairobi, Río, Berlín, Moscú, Helsinki y Oslo. Todos ellos con un papel importante y único dentro del plan.
Aquellos que han tenido la oportunidad de ver la serie, deben haberse dado cuenta lo cuidadoso que es el Profesor con el tiempo. Si una llamada tiene que hacerse a determinada hora, no importa qué situaciones se presenten él cumple con ese tiempo. Así con todos y cada uno de los detalles del plan. Cada acción a seguir tiene un tiempo específico y no importa qué, él lo cumple.
Y así es en nuestra vida, cada día. Hay un tiempo determinado para cada cosa con el cual debemos cumplir no importando las situaciones que se nos presenten. Pero, a diferencia del Profesor, muchas veces por descuido, desanimo o falta de planificación no cumplimos con esos tiempos. En otras ocasiones llegan distracciones o tomamos decisiones poco acertadas que nos impiden lograr las metas en el tiempo adecuado. Por ejemplo, ¿quiénes en la mañana saben que deben levantarse a una hora específica y por tomar 10 o 15 minutos más terminan levantándose a la carrera porque el tiempo casi no le da? ¿Cuántas llamadas o mensajes de texto tenemos que realizar o enviar y con el ya mismo lo hago el tiempo sigue pasando? ¿Cuántos no tengo tiempo para esto o aquello decimos diariamente? Pero, saben una cosa todos tenemos las mismas 24 horas cada día. Lo que hace la diferencia es el manejo que tengamos del tiempo. Todo tiene un tiempo en el que puede realizarse. El punto clave es planificar cada una de las tareas que se tienen que hacer e ignorar las distracciones. Me pasa constantemente que quiero sentarme a realizar algún escrito o ver algo y me entretengo con otra cosa, las horas pasan y finalmente mi tiempo se fue. Tenemos que comenzar a darle mayor valor al tiempo, pues lamentablemente cuando se va no regresa. Seamos tan cautelosos con el tiempo como lo es el Profesor en la serie.
Les comparto esta frase: “El tiempo es más valioso que el dinero. Puedes obtener más dinero, pero no puedes obtener más tiempo. -Jim Rohn
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Hasta leernos otra vez.
María Magdalena ;)
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